viernes, 3 de octubre de 2008

THE FIRST END

Hoy acaba el primer romance serio de mi vida. No porque yo quisiera. Ni ella. Sino por otras complicaciones. No fue impedimento de ninguna de las familias. Nada de eso. Sólo un desastre natural. Pero nadie murió. Tampoco. Una inundación en Tabasco. Eso es. Más bien dos. La primera vez apenas nos conocíamos y ella se fue sin previo aviso al Distrito Federal. Meses más tarde regresó a Tabasco y nos enamoramos. Y así anduvimos un par de varios meses. Hasta que tocamos con la segunda inundación. Dos inundaciones en menos de un año. Su familia ya no aguanta tanto recorte en los itinerarios, así que han decidido migrar a otro lugar más seguro en este aspecto.

Yo por mi parte no he sido afectado por las inundaciones. Ella tampoco lo fue, pero sí amenazada. Y hemos visto recortados nuestros estudios. Su familia no aguanta y se va. Por mi parte, mi familia no ha visto un recorte significativo en mi situación y no existirá tal migración, aparte de decir que estamos atados al estado por otros motivos.

El día anterior a que se fuera de Tabasco, salimos. Nos quedamos de ver en plaza Galerías. Eran las cinco y nos encontramos en la entrada de Liverpool. Entramos nada más que unos segundos y decidimos salir a caminar a donde el viento nos llevara. Y caminamos hasta llegar a Nueva Imagen, donde se ubica su humilde departamento. Caminamos una hora incansablemente. Nos perdimos entre los edificios. Reímos y nos asustamos. Juntos.
Con una excusa fuimos a su departamento. No lo conocía. Allí unos diez minutos mientras ella arreglaba unas cosas. Ah, pero que sale el vecino y yo tenía que salir disparado si no quería que hicieran chismes gachos. Y así fue.
Regresamos caminando hasta Galerías. Otro ratito que pasamos juntos. Hasta la despedida que ya se hacía de noche y ella tenía que estar en su casa a las 19:30. Ella no llevaba dinero así que le dí para agarrar un taxi; obvio una damita como ella no puede caminar sola en esa penumbra hasta su hogar, sobre todo porque tenía que llegar rápido.
Pescamos un taxi, que todos iban llenos, y antes de irse efectuamos un romántico beso. Sentí que se alejaba de mis brazos. No quería dejarla ir, pero debía ser. Sólo la vi subir al taxi e irse a la distancia. Yo ya me encontaba solo y tenía que regresar a casa. Y muy feliz por haber pasado tan agradable rato, con esperanza de volvernos a reunir en un futuro cercano.

Pero hoy cambió todo.
Desperté. Me envió un e-mail. Decía muchas cosas. Entre ellas: se iba. Al mediodía partía con rumbo al DF en un viaje sin retorno. Para mi mala suerte desperté muy tarde y el mediodía ya estaba en transcurso. No había nada más que hacer. Contactarla me resultaba imposible. Me resulta imposible.

No sé cómo está ni dónde. Lo único que sé es que hoy acaba un capítulo de mi vida con una persona que amé. Ha acabado. Las circunstancias cambiaron drasticamente. Y todo el sueño y la relación y la historia que formamos ha concluido. No de la forma que yo hubiera querido. Ni hubiera querido que acabara. Pero las cosas son como son y debo aceptarlo. Me duele. Quisiera hacer algo pero no puedo. La voy a extrañar muchísimo. Siempre habrá espacio en mi corazón para ella. Y sé que de ahora en adelante todo cambiará. Esta es la vida real.

La vida sigue.

No hay comentarios: